domingo, 11 de agosto de 2013

CRÁNEOS DEFORMADOS EN UN CEMENTERIO MEXICANO

Arqueólogos de la universidad estatal de Arizona, que investigaban un antiguo cementerio situado a los alrededores de Onavas, al sur de Sonora (Mexico), han hallado trece cráneos humanos que presentan misteriosas deformaciones artificiales.

La extraña práctica de la deformación craneal, relativamente extendida en Mesoamérica, cuenta con una nueva e inédita expresión en el estado mexicano de Sonora, mucho mas al norte de donde se creía que acababa el ámbito de influencia de estas culturas precolombinas. Ésta es una de las conclusiones a las que han llegado los arqueólogos de la Universidad Estatal de Arizona que trabajan en esta región, con el apoyo del Instituto Nacional de Antropología e Historia mexicano (INAH). Como decimos, el hallazgo se produjo en un cementerio ubicado en las inmediaciones de la localidad de Onavas, en Sonora, cuando los investigadores exhumaban los cuerpos de 25 individuos, que posteriormente fueron datados en el periodo de Epiclásico mesoamericano (900 a 1200 d.C.). La naturaleza e importancia del descubrimiento se presumió muy pronto, al aparecer junto a los esqueletos numeroso ornamentos ceremoniales, como brazaletes, aretes, pendientes, collares y una nariguera, todos ellos elaborados con conchas y caracoles procedentes del Golfo de California, además de un gran caparazón de tortuga que uno de los cadáveres tenia colocado sobre el abdomen, Pero lo que, si duda, mas llamo la atención de los arqueólogos fue descubrir que 13 de los 25 sujetos desenterrados presentaban una extraña y característica deformación craneal, similar la que años antes se había detectado en otros individuos exhumados en sendos cementerios prehispánicos de Nayarit y Sinaloa, por mencionar solo dos ejemplos mexicanos de esta misteriosa práctica. Además de la deformación craneal, cinco de los trece cráneos también presentaban mutilaciones dentarias, características que debieron otorgar a aquellos nativos -cuando aún vivían- un aspecto entre inquietante y aterrador. Tras analizar los 25 esqueletos, los arqueólogos concluyeron que 17 correspondían a menores, cuyas edades oscilaban entre los 5 meses y los 16 años. Las tempranas muertes de estos últimos pudieron ser debidas, en opinión de los investigadores, a una mala práctica en el proceso artificial de la deformación craneal, probablemente por un exceso de fuerza en la presión a que fueron sometidos los cráneos de los infortunados.


texto extraido del ejemplar de "Año Cero" Febrero 2013

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